LA ENCRUCIJADA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES


Hoy nos comunicamos telefónicamente con Medesto Emilio Guerrero
y nos visitó Juan Wahren, Doctor en Ciencias Sociales y docente de la UBA.

La fuerte derrota electoral del gobierno venezolano, unida al triunfo de Macri en Argentina y el avance del juicio político sobre Dilma Rousseff en Brasil, nos llevan a reflexionar sobre los límites que tienen los procesos políticos de los gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina.

Recordemos también los anteriores golpes en Honduras contra Zelaya y Lugo en Paraguay.

Claro que no es nueva la ofensiva de la derecha, que siempre está presente. Se trata de ver si se puede vencer esa concepción posibilista de pretender hacer reformas sin modificar el modelo y la estructura productiva.

Sin siquiera plantearse una transición hacia una verdadera soberanía energética, alimentaria y financiera del gran capital en nuestros países.

Y decimos “nuestros” porque “solos” no se puede…es necesaria también una nueva integración.

Tenemos ejemplos de muy nuevos intentos: ALBA, CELAC, Unasur.  Ahora esos intentos parecen estancados.

Pero también en estos años se desarrollaron (y siguen) nuevas organizaciones con experiencias muy ricas en la construcción de poder popular: desde las Juntas de Buen Gobierno zapatistas en México, pasando por el Movimiento Sin Tierra en Brasil, las empresas recuperadas o la creación de la CTA en Argentina, las comunidades indígenas en Ecuador, el proceso boliviano con Evo Morales, o las misiones en Venezuela…

Son diversas experiencias (o intentos) de construcción de poder popular en las cuales surgen como nuevos protagonistas los movimientos sociales y también nuevas concepciones de organización de los trabajadores.

Mientras tanto, desde ayer en Argentina “habemos” nuevo presidente.

Ánimo: faltan nada más que 1459 días para que Macri deje de serlo.

Nuestro tema del día: "la encrucijada de los movimientos sociales en América Latina".

LAS EXPERIENCIAS DE EMPRESAS RECUPERADAS



Desde antes  de la crisis de 2001 se generó un proceso de toma y puesta en producción de fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores.

Surgieron así muchas  experiencias que, con diversas formas y características de funcionamiento, tuvieron en común que la toma de decisiones para su administración y producción (la “gestión”, según la jerga neoliberal) son tomadas por los propios trabajadores.

Son casos emblemáticos la ex Zanón (hoy FASINPAT), Brukman o IMPA (expropiada y declarada de interés público para que el Estado la ceda en comodato a la Cooperativa 22 de Mayo, cuyos trabajadores ocuparon la fábrica en 1998 después de un largo conflicto laboral) y el HOTEL BAUEN (con la media sanción en diputados para su expropiación).

Este proceso sigue y en estos días nos encontramos con el conflicto por el cierre de la empresa Paraná Metal (decisión tomada por su dueño, Cristóbal López, te suena?...); o la fábrica de pastas La Litoraleña.

Estos diversos procesos de recuperación de empresas de los últimos años ponen en discusión su relación con los límites que supone el desarrollo capitalista, que es el  marco que condiciona la evolución de las experiencias.

Pero simultáneamente se produce un aprendizaje en las nuevas características de administración y producción que difieren de las formas tradicionales de una empresa capitalista.

Es decir, el capitalismo los condiciona y les pone límites a su capacidad para competir, pero es el accionar de los propios trabajadores con su acción fundacional de recuperación y su gestión posterior, los que crean condiciones para pensar alternativamente al capitalismo y anticipar en la sociedad actual imaginarios posibles a futuro.

¿Es posible desde una fábrica recuperada crear condiciones para avanzar en procesos de creación de poder popular? ; ¿y que ello permita disputar en el imaginario colectivo la conciencia de que otro mundo es posible, no capitalista?.

¿Se puede cubrir  la necesidad de una planificación económica y social que resuelva las necesidades de todos y no está centrada en la exclusividad de la tasa de ganancia y la plusvalía que genera el capital?

Este es el tema del día en Puente Uno: las experiencias de empresas recuperadas en Argentina.

La Argentina Que Se Viene




Con Macri como presidente será la primera vez en la historia argentina que una fuerza política que se presenta y se asume como “de derecha” gana una elección nacional.

Antes preferían llamarse conservadores, liberales, demócratas, de centro, reorganizadores del Estado y la Nación, occidentales, hombres del orden, etc.

La mayoría de sus votantes no son propios y difícilmente pueda considerarse a más la mitad de ellos como de derecha, aunque son una base masiva para construir consenso al proyecto de restauración conservadora.

Fueron más los votos “contra” el kirchnerismo o “contra” Macri, que los votos a favor de alguna propuesta o proyecto.

Esto nos refleja la profunda crisis de representatividad y de alternativa política que hay en Argentina.

En estos días, asistimos al jolgorio festivo de unos y a las lamentaciones y el duelo de otros…mientras nos anuncian a los nuevos verdugos que nos van a gobernar. A esos que “trabajarán en equipo”…

Pero el mismo lunes, fueron los propios trabajadores del diario La Nación los que sorprendieron con un repudio masivo al editorial que horas antes pretendía marcar la cancha reivindicando la teoría de los dos demonios y de victimizar a los genocidas. Fueron esos trabajadores (que muy probablemente hayan votado a Macri en su mayor parte), los que marcaron la cancha.
Los vendedores de la ilusión de que puede haber política sin conflicto, van a encontrar sus límites frente al primer conflicto importante.

Ellos tienen los medios, el marketing, sus cuadros fabricados por las universidades privadas y las ONGs.

En la Argentina que viene, tenemos que aportar para frenar el ajuste y para construir algo nuevo y grande desde un movimiento popular unido, para ver si en adelante podemos trabajar firme y ampliamente para ser alternativa de verdad. Porque esta es una tarea pendiente y necesaria.

Nos guste o no el pueblo eligió a Macri. Y el pueblo será el encargado de sacarlo.

Como dijo Nora Cortiñas: “No nos asustemos de nada, si enfrentamos a una dictadura cívico-militar-religiosa 7 años…nada va a ser peor”.